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lunes, 29 de agosto de 2011

EL PIRATA.



 La senora Robles se encontraba en la sala de espera de su medico cuando un nino y su madre entraron al consultorio, el nino llamo la atencion de la senora Robles porque llevaba un parche sobre el ojo. Se sorprendio al ver que poco parecia importarle la perdida de un ojo, y lo observo mientras seguia a su madre a la silla mas cercana.Aquel dia el consultorio del medico estaba lleno, así que la senora Robles tuvo la oportunidad de conversar con la madre del nino mientras el jugaba con sus soldados.Al principio, el nino se mantuvo en silencio, jugando con los soldados sobre el brazo de la silla, luego se traslado silenciosamente al piso, lanzando una mirada a su madre. En algun momento la senora Robles tuvo ocasion de preguntarle al nino que le habia sucedido en el ojo. El nino considero la pregunta durante largo rato y luego, levantando el parche, replico,:“No tengo nada en el ojo. ¡Soy un pirata!” Despues regreso a su juego.La senora Robles se encontraba alli porque en un accidente automovilistico habia perdido una pierna desde la rodilla. La cita de aquel dia era para determinar si estaba lo suficientemente curada como para acomodar una protesis.
La perdida habia sido algo devastador para ella. Aun cuando se esforzaba por ser valiente, se sentia como una invalida; racionalmente sabia que esta perdida no interferia con su vida, pero emocionalmente no podia superar este obstaculo. Su medico le habia sugerido visualizaciones que le ayudaran a aceptar su situacion, y ella lo había intentado, pero no podia imaginarse de una manera perdurable y emocionalmente aceptable. En su mente se veia como una invalida.Ahora, la palabra “Pirata” cambio su vida. De inmediato se sintio transportada, se vio vestida como el Corsario Negro, a bordo de un barco pirata, estaba de pie con las piernas separadas y una de ellas era una pata de palo, sus manos estaban aferradas a las caderas, su cabeza y hombros erguidos, y sonreia frente a la tormenta. Los vientos tempestuosos azotaban su casaca y su cabello. Un rocio helado barria la balaustraba de cubierta mientras grandes olas se rompian contra el barco. El navio se mecia y gemia bajo la fuerza de la tormenta.
Pero ella permanecia firme orgullosa, imperterrita. En aquel momento, esta imagen sustituyo a la de la invalida y recobro su valor. Miro al nino, ocupado con sus soldados.
Pocos minutos mas tarde la llamo la enfermera. Mientras se balanceaba en sus muletas, el nino advirtio su amputacion. “Oiga, senora, ¿que le paso a su pierna?” La madre del nino estaba mortificada. La senora Robles contemplo por un momento su pierna mas corta. Luego respondio con una sonrisa: “Nada. Yo tambien soy pirata”
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“¿Dira el vaso de barro al que lo formo: ¿Por que me has hecho asi?” (Romanos 9:20).
Publicado por Admin 



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