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domingo, 17 de noviembre de 2013

Yo estuve en misa:


Domingo 33 del Tiempo Ordinario.
Lc 21,5-19

   En medio de las persecuciones, de los conflictos, de las tareas, de los sinsabores, pero también de las alegrías, de las ganas, la entrega y el entusiasmo: pon, Señor, tus palabras en nuestra boca.
   Ponlas con la misma energía y autenticidad con que lo hace el papa Francisco, o la misionera que lo ha dejado todo por servir, o de los niños que se alegran con tu Evangelio.
   No hay adversario ni enemigo que pueda con el testimonio sincero de los que tienen fe. No hace falta preparar defensas porque la defensa es la propia vida que se deja llevar por la Buena Noticia.
   ¡Gracias, Señor, porque no necesitamos discursos, porque la sal habla por sí misma sin necesidad de aparentar!
   Te pedimos especialmente por el pueblo filipino. Pon palabras en nuestra boca y solidaridad en nuestras manos para compartir.
fuente del texto aquí.




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