O Inmaculada Virgen Madre de Dios y Madre nuestra, para contemplar con gratitud los brazos abiertos se extienda a los que llamar, lleno de confianza en su intercesión poderosa, la voluntad expresada por la Medalla Milagrosa, y reconocer nuestra indignidad a causa de nuestros muchos pecados, acercamo nos expone a sus pies durante esta oración, nuestras necesidades más apremiantes (momento de silencio y pedir la gracia deseada).
Concede, oh Virgen de la Medalla Milagrosa, este seguro que por favor pregunte por la mayor gloria de Dios, el engrandecimiento de su nombre y el bien de nuestras almas. Y para servir mejor a la de su Divino Hijo, nos inspira el odio profundo del pecado y nos da coraje para hacer valer siempre como verdaderos cristianos. Amén
Rezar tres Ave Marías. Luego: "Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti".
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