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lunes, 29 de agosto de 2011

EL PAQUETE DE GALLETAS.



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     Cuando aquella tarde llegó a la vieja estación le informaron que el tren en el que ella viajaria se retrasaria aproximadamente una hora.La elegante senora, un poco fastidiada, compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua para pasar el tiempo.Buscó un banco en el anden central y se sento preparada para la espera.Mientras hojeaba su revista, un joven se sento a su lado y comenzo a leer un diario.Imprevistamente, la señora observó como aquel muchacho, sin decir una sola palabra, estiraba la mano, agarraba el paquete de galletas, lo abria y comenzaba a comerlas, una a una, despreocupadamente.La mujer se molesto por esto, no queria ser grosera, pero tampoco dejar pasar aquella situacion o hacer de cuenta que nada habia pasado; asi que, con un gesto exagerado, tomo el paquete y saco una galleta, la exhibió frente al joven y se la comió mirandolo fijamente a los ojos.Como respuesta, el joven tomo otra galleta y mirandola la puso en su boca y sonrió.La señora ya enojada, tomó una nueva galleta y con ostensibles señales de fastidio, volvió a comer otra, manteniendo de nuevo la mirada en el muchacho.El dialogo de miradas y sonrisas continuo entre galleta y galleta.La señora cada vez mas irritada, y el muchacho cada vez mas sonriente.Finalmente, la señora se dio cuenta de que en el paquete solo quedaba la ultima galleta.“No podra ser tan descarado”, penso mientras miraba alternativamente al joven y al paquete de galletas.Con calma el joven alargo la mano, tomo la ultima galleta, y con mucha suavidad, la partió exactamente por la mitad.Asi, con un gesto amoroso, ofreció la mitad de la ultima galleta a su compañera de banco.- ¡Gracias! – Dijo la mujer tomando con rudeza aquella mitad.- De nada. – Contesto el joven sonriendo suavemente mientras comia su mitad.Entonces el tren anunció su partida…La señora se levantó furiosa del banco y subió a su vagón.Al arrancar, desde la ventanilla de su asiento vio al muchacho todavia sentado en el anden y pensó:“¡Que insolente, que mal educado, que ser de nuestro mundo!”Sin dejar de mirar con resentimiento al joven, sintió la boca reseca por el disgusto que aquella situacion le habia provocado.Abrió su bolso para sacar la botella de agua y se quedó totalmente sorprendida cuando encontró, dentro de su cartera, su paquete de galletas INTACTO.


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