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lunes, 30 de julio de 2012

HUMOR:




Que le dijo una nalga a otra nalga?
Entre nosotros hay un soplon

¿Me dejas un comentario?

domingo, 29 de julio de 2012

Yo estuve en misa.

17 del tiempo ordinario
Jn. 6, 1-15.
     Quién de vosotros ha  estado hoy en misa, seguro que vuelve muy contento a casa. Hoy el Evangelio es uno muy conocido. Seguro lo habías odio alguna vez. Es el de la multiplicación de los panes y los peces. pero también es el evangelio que nos muestra el lado más protector de Jesucristo. Como Jesucristo, ama y protege a los que le siguen. 
     Resulta que Jesús cruzaba el lago a Galilea, pues ya sabes que Jesús era judía e iba a celebrar la pascua que se aproximaba el día de celebrarla. pero la gente al verlo le reconocía como el Mesías que hacia milagros y entonces aquello se desbordó, era tanta gente la que había que hasta los discípulos comenzaban a preocuparse. Llegaba la noche y la gente tenia que comer, pero no había nada, solo cinco panes y dos peces. Y los discípulos estaban preocupados porque no tenían dinero para ir a comprar nada. A veces también nos pasa eso a nosotros, sombre todo a las mamás que se preocupan mucho cuando no tienen que poner a sus hijos. pero en este evangelio Jesús nos enseña una lección muy importante. Que todo el que crea en su Padre, como cree Él, no le faltará nunca el sustento. porque Él y su Padre están pendientes y siempre encontraran el modo de socorrernos. por eso no debemos tener miedo al mañana. 
     Jesús da gracias a su Padre por los panes y los peces y manda a sus discípulos a repartirlo, el milagro de la multiplicación de estos dos elementos, nos enseña también que el amor siempre multiplica, no resta, no divide. Que en el amor nos unimos y somos más y que el amor es ilimitado, da para todos los que queramos participar de él.
     Dicen las escrituras que comieron hasta saciarse 5.000 personas o más y recogieron 12 canastas llenas de pedazos que sobraron. 
     Jesucristo una vez más nos enseña que el amor es generoso, que el amor se comparte y que con amor todo se puede. Hasta dar de comer a tantas personas. Pensemos un poquito con este evangelio, si amamos todos y compartimos aquello que tenemos con los demás, como compartió Jesús el pan y los peces ¿podriamos dar de comer a mucha gente también? Tenemos que amar a los demás y estar dispuestos a compartir lo poquito que tenemos, aunque pensemos que no es suficiente, Dios hará el resto. pero de nosotros depende dar el paso a la generosidad y a compartir lo que con tanto amor antes nos da el Señor.




SOPA DE LETRAS:

LABERINTO:

CRUCIGRAMA:


Gracias a Daniel Velasquez que se ha preocupado de ponerse en contacto conmigo a través del formulario de contacto he podido rectificar el error que había en este ficha de crucigrama.
Mi agradecimiento a él y a las personas que siendo seguidores de este blog, se preocupan en mejorarlo dándome a conocer aquellas cosas que escapan a veces a mi control. Muchas gracias, Dios os bendiga por vuestro buen hacer.

COMIC:


"¿Cómo compraremos pan para que coman estos?"
Infancia Misionera y sus niños siguen haciendo milagros en el mundo.

1° Lectura (2R 4,42-44)
2° Lectura  ( Ef 4,1-6)
EVANGELIO  (Mc 6,1-15)
En aquel tiempo, Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea o lago de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto las señales milagrosas que hacía curando a los enfermos. Jesús subió al monte y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús que mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe: "¿Cómo compraremos pan para que coman éstos? Le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba, pues él bien sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: "Ni doscientos denarios bastarían para que a cada uno le tocara un pedazo de pan". Otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: Aquí hay un muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es eso para tanta gente?" Jesús le respondió: "Díganle a la gente que se siente". En aquel lugar había mucha hierba. Todos, pues, se sentaron ahí, y tan sólo los hombres eran unos cinco mil. En seguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los fue repartiendo a los que se habían sentado a comer, igualmente les fue dando de los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos se saciaron, dijo a sus discípulos: "Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicien". Los recogieron y con los pedazos que sobraron de los cinco panes llenaron doce canastos. Entonces la gente, al ver la señal milagrosa que Jesús había hecho, decía: "Este es, en verdad, el profeta que había de venir al mundo". Pero Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró de nuevo a la montaña, él solo.

viernes, 27 de julio de 2012

MARIONETAS ARTICULADAS DE CARTÓN.

Las dos imágenes pueden ampliarse en formato A4.
Puedes montarlas para jugar verás que bien lo pasas construyendo y luego jugando.

Necesitaras:
  • Imprimir la imagen seleccionada.
  • Tijeras.
  • Cartulina.
  • Colores.
  • Perforadora.
  • Presillas.
Recorta las piezas y pegalas sobre la cartulina. Colorea a tu gusto y luego vuelve a recortar con cuidado. Con la perforadora tienes que hacer los agujeros en los puntos donde luego irán las presillas para que las articulaciones tengan movimiento. Si no tienes perforadora, puedes hacerlo con la punta de un lápiz y un trozo de plastilina debajo o una miga de pan que amortigue la presión de la punta del lápiz. Una vez colocadas todas las presillas, ya puedes jugar e inventar historietas.



TIRITAS CISCO.



FUENTE:http://www.ciscodoamor.com.br/

MARCOS PARA COLOREAR.3.

Todos los marcos pueden ser ampliados en formato A4.

jueves, 26 de julio de 2012

SANTA ANA.

Santa Ana, la abuela de dibujo de Jesús

Santa Ana, la abuela de Diseño Jesús Colorear

DIA DE LOS ABUELOS:

Los abuelos de dibujo del Día

Día de los Abuelos para colorear dibujos

Carta de S.S. Juan Pablo II a los ancianos



Autor: S.S. Juan Pablo II.
Carta de S.S. Juan Pablo II a los ancianos
Depositarios de la memoria colectiva
 

He sentido el deseo, siendo yo también anciano, de ponerme en diálogo con vosotros. Lo hago, ante todo, dando gracias a Dios por los dones y las oportunidades que hasta hoy me ha concedido en abundancia.
Mi pensamiento se dirige con afecto a todos vosotros, queridos ancianos de cualquier lengua o cultura. Os escribo esta carta en el año que la Organización de las Naciones Unidas, con buen criterio, ha querido dedicar a los ancianos para llamar la atención de toda la sociedad sobre la situación de quien, por el peso de la edad, debe afrontar frecuentemente muchos y difíciles problemas.

ROSARIO Y LETANÍAS A SANTA ANA:



MODO DE REZAR
Devoción que los particulares devotos de tan gran santa practican todos los martes y los días veintiséis de cada mes.
Se da principio con el acto de contrición y después la jaculatoria siguiente:
Santa Ana de Dios amada 
Y de todos alegría, 
Sed siempre nuestra abogada, 
Pues sois Madre de María.

En vez del Padrenuestro se dice:
Así como esto es verdad, señora mía, haced que mis penas, se me vuelvan alegrías, particularmente las de última agonía.
En vez de Avemarías, se repite diez veces
Santa Ana Santísima.
Se responde:
Madre de María Sacratísima.

Memorare a Santa Ana:





Recuerda, gloriosa Santa Ana, pues tu nombre significa gracia y misericordia, que nunca se ha oído decir que uno solo de cuantos se acogieron a tu protección o han implorado tu auxilio y buscado tu intercesión hayan sido desamparados.
Yo, pecador, animado de tal confianza, acudo a ti, santa madre de la Inmaculada Virgen María y encantadora abuela del Salvador. No rechaces mi petición, antes bien escucha y accede a mis ruegos. Amén

ORACIÓN A SANTA ANA PARA PEDIR POR LOS HIJOS:



Gloriosa Santa Ana, Patrona de las familias cristianas, a Ti encomiendo mis hijos. Se que los he recibido de Dios y que a Dios les pertenecen por tanto te ruego me concedas la gracia de aceptar lo que su Divina Providencia disponga para ellos.
Bendíceles oh Misericordiosa Santa Ana, y tómalos bajo tu protección. No te pido para ellos privilegios excepcionales; sólo quiero consagrarte sus almas y sus cuerpos, para que preserves ambos de todo mal. A Ti confío sus necesidades temporales y su salvación eterna.
Imprime a sus corazones, mi buena Santa Ana, horror al pecado; apártales del vicio; presérvales de la corrupción; conserva en su alma la fe, la rectitud y los sentimientos cristianos; y enséñales, como enseñaste a Tu Purísima Hija la Inmaculada Virgen María, a amar a Dios sobre todas las cosas.
Santa Ana, Tu que fuiste Espejo de Paciencia, concédeme la virtud de sufrir con paciencia y amor las dificultades que se me presenten en la educación de mis hijos. Para ellos y para mí, pido Tu bendición, oh Bondadosa Madre Celestial.
Que siempre te honremos, como a Jesús y María; que vivamos conforme a la voluntad de Dios; y que después de esta vida hallemos la bienaventuranza en la otra, reuniéndonos Contigo en la gloria para toda la eternidad.
Así sea.

NOVENA SAN JOAQUÍN Y SANTA ANA



Comenzar con la oración inicial para todos los días.


ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh dignísimos abuelos de Cristo, Joaquín y Ana! Yo, miserable pecador, tengo grandísima confianza en vuestros méritos y seguro amparo, sabiendo que nada os negarán vuestro nieto e hija, Jesús y María. Y pues al presente me hallo con un singular anhelo y grave necesidad, he propuesto eficazmente implorar vuestro patrocinio, durante esta Novena, ofreciendo cada día alguna devoción a honra vuestra, para que por vuestra intercesión consiga yo el consuelo que deseo de la divina misericordia, siendo mi fin principal y lo que sinceramente pretendo, la mayor gloria de Dios y la salvación de mi alma. Quiera Su Divina Majestad, por vuestros altos merecimientos, escuchar piadosa mis ruegos, permitir que después de esta Novena logre yo lo que en ella fervorosamente le pido.
 Amén.

Oración a San Joaquín y Santa Ana:



Insigne y glorioso patriarca San Joaquín y bondadosísima Santa Ana, ¡cuánto es mi gozo al considerar que fueron escogidos entre todos los santos de Dios para dar cumplimiento divino y enriquecer al mundo con la gran Madre de Dios, María Santísima! Por tan singular privilegio, han llegado a tener la mayor influencia sobre ambos, Madre e Hijo, para conseguirnos las gracias que más necesitamos.
Con gran confianza recurro a su protección poderosa y les encomiendo todas mis necesidades espirituales y materiales y las de mi familia. Especialmente la gracia particular que confío a su solicitud y vivamente deseo obtener por su intercesión.
Como ustedes fueron ejemplo perfecto de vida interior, obténgame el don de la más sincera oración. Que yo nunca ponga mi corazón en los bienes pasajeros de esta vida.
Denme vivo y constante amor a Jesús y a María. Obténganme también una devoción sincera y obediencia a la Santa Iglesia y al Papa que la gobierna para que yo viva y muera con fe, esperanza y perfecta caridad.
Que yo siempre invoque los Santos nombres de jesús y de Maria y asi mi alma se salve.

Oracion del Papa Benedicto XVI por los abuelos:



Señor Jesús, tu naciste de la Virgen María, hija de San Joaquín y Santa Ana. Mira con amor a los abuelos de todo el mundo.
¡Protégelos! Son una fuente de enriquecimiento para las familias, para la Iglesia y para toda la sociedad. ¡Sostenlos! Que cuando envejezcan sigan siendo para sus familias pilares fuertes de la fe evangélica, custodios de los nobles ideales, hogareños, tesoros vivos de sólidas tradiciones religiosas.
Haz que sean maestros de sabiduría y valentía, que transmitan a generaciones futuras los frutos de su madura experiencia humana y espiritual.
Señor Jesús, ayuda a las familias y a la sociedad a valorar la presencia y el papel de los abuelos. Qué jamás sean ignorados o excluidos, sino que siempre encuentren respeto y amor.
Ayúdales a vivir serenamente y a sentirse acogidos durante todos los años de vida que les concedas.
María, Madre de todos los vivientes, cuida constantemente a los abuelos, acompáñalos durante su peregrinación terrena, y con tus oraciones obtén que todas las familias se reúnan un día en nuestra patria celestial, donde esperas a toda la humanidad para el gran abrazo de la vida sin fin. 
Amén.


LOS ABUELOS DE JESÚS.

     Hoy además de ser un día especial porque celebramos el día de los abuelos. También es un día especial en que celebramos el santo de los Abuelos de Jesús. San Joaquín y Santa Ana, los papás de la Virgen María.

ABUELOS.


 
La abuela y el abuelo!
eternas figuras humanas
que nos honran hoy en día,
mirando con cariño el pelo blanco,
los ojos profundos, las arrugas en la frente y la cara,
signos de la experiencia y la memoria de tantos años vivió.
¿Qué bien puede formar un círculo
para escuchar con atención
los sabios consejos,
las palabras sinceras,
indicativo de nuevos horizontes en nuestras vidas.
Queremos tocar y sentir
la energía que transmiten sus benditas manos,
y hoy en día, aunque débil,
sigue siendo sembrar los frutos de la experiencia la vida.
Vamos en este momento especial,
tiernamente seguir sus pasos lentamente,
tropezando unas cuantas veces,
pero llenas de sabiduría que la vida les ha enseñado.
Queremos abrazar y aplaudir a ellos también,
con gran emoción y ternura,
pidiendo a Dios que los bendiga y les guarde a la salud.
La esperanza nos lleva a creer que los
otros hermosos días vendrán,
porque ustedes son frutos de la obra más bella
que Dios colocado en nuestra historia.

miércoles, 25 de julio de 2012

ABUELOS 3.

Todas las imágenes pueden ampliarse en formatoA4.

ABUELOS 2.

Todas las imágenes pueden ampliarse en formato A4.

ABUELOS 1.

Todas las imágenes puedes ampliarlas en formato A4.

DIPLOMAS PARA ABUELOS:

Mañana celebramos el día de los abuelos, mira que dos diplomas tan bonitos tienes aqui con los que sorprenderle. Colorea y pon tu nombre. verás que contento se ponen cuando lo reciban.
Se pueden ampliar en formato A4.


Santiago el Mayor, el Apóstol de la Paz:



E-mailImprimir
Santiago el Mayor
Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: «Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir». Él les dijo: «¿Qué quieren de mí?» Respondieron: «Concédenos que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda cuando estés en tu gloria». Jesús les dijo: «Vosotros no sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que Yo estoy bebiendo o estar bautizados como Yo estoy bautizado?» Ellos contestaron: «Sí, podemos». (Mc 10, 35-39)
Santiago es uno de los doce Apóstoles de Jesús; hijo de Zebedeo. El y su hermano Juan fueron llamados por Jesús mientras estaban arreglando sus redes de pescar en el lago Genesaret.
Recibieron de Cristo el nombre «Boanerges», significando hijos del trueno, por su impetuosidad.

COLOREA A SANTIAGO APOSTOL:

CROMOS TROQUELADOS SIMA:

PARA LOS ABUELOS.

ESCRIBE EL NOMBRE DE TUS ABUELOS Y COLOREA, VERÁS QUE CONTENTOS SE PONEN CUANDO SE LO REGALES.

lunes, 23 de julio de 2012

COLOREA A SANTA BRIGIDA.

UN CORAZÓN PARA LOS ABUELOS.

Elige si eres chica o si eres chico el dibujo que pertenece a tu sexo e imprimelo. Colorealo a tu gusto y escribe dentro del corazón aquello que quiere decirle a tus abuelos o haz un dibujo para cada de tus abuelos. Puedes escribir dentro tu nombre y el suyo, o escribir una frase de cariño.  También una breve poesia que diga lo que le quieres. Deja volar tu imaginación y escribe aquello que son o es para ti .

DIPLOMA PARA LOS ABUELOS.


El proximo día 26 es el día de los abuelos. 
¿Qué te parece felicitarles con un diploma? Y si quieres hacerlo por separado, aquí te dejo estos.
Puedes ampliarlos en formato A4.


Las quince oraciones de Santa Brígida para rezar durante un año



Primera oración


¡Oh Jesucristo, sois la eterna dulzura de todos los que os aman;
 la alegría que sobrepasa todo gozo y deseo; la salvación y esperanza 
de todos los pecadores! Habéis manifestado no tener mayor deseo que 
el de permanecer en medio de los hombres, en la tierra. 
Los amáis hasta el punto de asumir la naturaleza humana, en la plenitud 
de los tiempos, por amor a ellos.
Acordaos de todos los sufrimientos que habéis soportado desde el instante
de vuestra Concepción y especialmente durante vuestra Sagrada Pasión; 
tal como fue decretado y ordenado desde toda la eternidad,según el plan divino.
Acordaos, Oh Señor, que durante la última cena con vuestros discípulos l
es lavasteis los pies; y después, les disteis vuestro Sacratísimo Cuerpo
 y vuestra Sangre Preciosísima. 
Luego, confortándolos con dulzura, les anunciasteis vuestra próxima Pasión.
Acordaos de la tristeza y amargura que habéis experimentado en vuestra Alma,
 como Vos mismo lo afirmasteis, diciendo: "Mi Alma está triste hasta la muerte".
Acordaos de todos los temores, las angustias y los dolores que habéis
soportado en vuestro Sagrado Cuerpo antes del suplicio de la crucifixión. 
Después de haber orado tres veces, todo bañado de sudor sangriento, 
fuisteis traicionado por vuestro discípulo, Judas; 
apresado por los habitantes de una nación que habíais escogido y enaltecido. 
Fuisteis acusado por falsos testigos e injustamente juzgado por tres jueces; 
todo lo cual sucedió en la flor de vuestra madurez, y en la solemne estación pascual.
Acordaos que fuisteis despojado de vuestra propia vestidura, y revestido 
con manto de irrisión. Os cubrieron los ojos y la cara infligiéndoos bofetadas. 
Después, coronándoos de espinas, 
pusieron en vuestras manos una caña. Finalmente, fuisteis atado a la columna, 
desgarrado con azotes, y agobiado de oprobios y ultrajes.
En memoria de todas estas penas y dolores, que habéis soportado antes de
vuestra Pasión en la Cruz, concededme, antes de morir, una contrición verdadera, 
una confesión sincera y completa, adecuada satisfacción,
 y la remisión de todos mis pecados. Amén.


Segunda oración


¡Oh Jesús, verdadera libertad de los ángeles y paraíso de delicias! 
Acordaos del horror y la tristeza con que fuisteis oprimido, cuando vuestros enemigos,
 como leones furiosos, os rodearon con miles de injurias: salivazos, bofetadas, 
laceraciones, arañazos y otros suplicios inauditos. Os atormentaron a su antojo. 
En consideración a estos tormentos y a las palabras injuriosas os suplico,
 ¡Oh mi Salvador, y Redentor!, que me libréis de todos mis enemigos visibles e invisibles 
y que bajo Vuestra protección, hagáis que yo alcance la perfección de la salvación eterna.
 Amén.


Tercera oración


¡Oh Jesús, Creador del Cielo y de la Tierra, al que nada puede contener ni limitar!
 Vos abarcáis todo y todo es sostenido bajo vuestra amorosa potestad. 
Acordaos del dolor muy amargo que sufristeis cuando los judíos, con gruesos
 clavos cuadrados, golpe a golpe clavaron vuestras Sagradas Manos y Pies a la Cruz.
 Y, no viéndoos en un estado suficientemente lamentable para satisfacer su furor, 
agrandaron vuestras Llagas, agregando dolor sobre dolor. 
Con indescriptible crueldad, extendieron vuestro Cuerpo en la Cruz y, 
a fuerza de jalones y de violentos estirones, en todas direcciones, d
islocaron vuestros Huesos.
¡Oh Jesús!, en memoria de este santo dolor que habéis soportado con tanto amor
 en la Cruz, os suplico me concedáis la gracia de temeros y amaros.
 Amén.


Cuarta oración


¡Oh Jesús, Médico Celestial, elevado en la Cruz para curar nuestras llagas con las vuestras!
 Acordaos de las contusiones y los desfallecimientos que habéis sufrido en todos 
vuestros miembros, que fueron distendidos a tal grado que no ha habido dolor
semejante al vuestro. Desde la cabeza hasta la planta de los pies, ninguna parte de vuestro
 Cuerpo estaba exenta de tormentos. Sin embargo, olvidando todos vuestros sufrimientos,
 no dejasteis de pedir por vuestros enemigos a vuestro Padre Celestial, diciéndole:
 "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen".
Por esta inmensa misericordia, y en memoria de estos sufrimientos, os hago esta súplica: 
conceded que el recuerdo de vuestra muy amarga Pasión, nos alcance una perfecta 
contrición, y la remisión de todos nuestros pecados. 
Amén.


Quinta oración


¡Oh Jesús, espejo del Resplandor Eterno! Acordaos de la tristeza aguda que habéis 
sentido al contemplar con anticipación las almas que habían de condenarse. 
A la luz de vuestra Divinidad habéis vislumbrado la predestinación de aquellos que 
se salvarían mediante los méritos de Vuestra Sagrada Pasión. Simultáneamente habéis 
contemplado tristemente la inmensa multitud de réprobos que serían condenados 
por sus pecados; y os habéis quejado amargamente de esos desesperados, perdidos y 
desgraciados pecadores.
Por este abismo de compasión y piedad, y principalmente por la bondad que demostrasteis 
hacia el buen ladrón, diciéndole: "Hoy estarás conmigo en el Paraíso", hago esta súplica,
 Dulce Jesús. Os pido que a la hora de mi muerte tengáis misericordia de mí.
 Amén.



Sexta oración


¡Oh Jesús, Rey infinitamente amado y deseado! Acordaos del dolor que habéis sufrido 
cuando, desnudo y como un criminal común y corriente, fuisteis clavado y elevado en la Cruz. 
También fuisteis abandonado de todos vuestros parientes y amigos, con la excepción 
de vuestra muy amada Madre. En vuestra agonía, Ella permaneció fiel junto a Vos. 
Luego, la encomendasteis a vuestro fiel discípulo, Juan, diciendo a Maria: 
"Mujer, he aquí a tu hijo!" Y a Juan: "¡He aquí a tu Madre!"
Os suplico, ¡Oh mi Salvador!, por la espada de dolor que entonces traspasó 
el alma de vuestra Santísima Madre, que tengáis compasión de mí. Y, en todas mis 
aflicciones y tribulaciones, tanto corporales como espirituales, tened piedad de mí. 
Asistidme en todas mis pruebas, y especialmente en la hora de mi muerte.
 Amén.


Séptima oración


¡Oh Jesús, inagotable Fuente de compasión, ten compasión de mí! En profundo gesto de amor, 
habéis exclamado en la Cruz: "Tengo sed". Era sed por la salvación del género humano. 
¡Oh mi Salvador! Os ruego que inflaméis nuestros corazones con el deseo de 
dirigirnos a la perfección, en todas nuestras obras. Extinguid en nosotros la concupiscencia
 carnal y el ardor de los apetitos mundanos. 
Amén.


Octava oración


¡Oh Jesús, dulzura de los corazones y deleite del espíritu! Por el vinagre y la hiel amarga 
que habéis probado en la Cruz, por amor a nosotros, oíd nuestros ruegos. 
Concedednos la gracia de recibir dignamente vuestro Sacratísimo Cuerpo y Sangre Preciosísima 
durante nuestra vida, y también a la hora de la muerte, para servir de remedio 
y consuelo a nuestras almas. 
Amén.


Novena oración


¡Oh Jesús, virtud real y gozo del alma! Acordaos del dolor que habéis sentido, 
sumergido en un océano de amargura, al acercarse la muerte, insultado y ultrajado por los judíos.
 Clamasteis en voz alta que habíais sido abandonado por Vuestro Padre Celestial, 
diciéndole: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?". Por esta angustia, 
os suplico, ¡Oh mi Salvador!, que no me abandonéis en los terrores y dolores de mi muerte. 
Amén.


Décima oración


¡Oh Jesús, principio y fin de todas las cosas, sois la Vida y la Virtud plena! 
Acordaos que por causa nuestra fuisteis sumergido en un abismo de penas, sufriendo 
dolor desde la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza. En consideración a l
a enormidad de vuestras llagas, enseñadme a guardar, por puro amor a vos, todos 
vuestros Mandamientos, cuyo camino en vuestra Ley Divina es amplio y agradable para 
aquellos que os aman. 
Amén.


Undécima oración


¡Oh Jesús, abismo muy profundo de Misericordia! En memoria de las llagas que 
penetraron hasta la médula de vuestros huesos y entrañas para atraerme hacia Vos, 
presento esta súplica. Yo, miserable pecador, profundamente sumergido en mis ofensas,
 pido que me apartéis del pecado. Ocultadme de vuestro rostro tan justamente irritado
 contra mí. Escondedme en los huecos de vuestras llagas hasta que vuestra cólera 
y justísima indignación hayan cesado. 
Amén.


Duodécima oración


¡Oh Jesús, Espejo de la Verdad, Sello de la Unidad y Vínculo de la Caridad! 
Acordaos de la multitud de llagas con que fuisteis herido, desde la cabeza hasta los pies
. Esas llagas fueron laceradas y enrojecidas, ¡Oh dulce Jesús!, por la efusión de vuestra
 adorable sangre. ¡Oh, qué dolor tan grande y repleto habéis sufrido por amor a nosotros, 
en vuestra carne virginal! ¡Dulcísimo Jesús! 
¿Qué hubisteis de hacer por nosotros que no hayáis hecho? Nada falta. 
¡Todo lo habéis cumplido! ¡Oh amable y adorable Jesús! Por el fiel recuerdo de vuestra Pasión, 
que el fruto meritorio de vuestros sufrimientos sea renovado en mi alma. 
Y que en mi corazón, vuestro amor aumente cada día hasta que llegue 
a contemplaros en la eternidad. ¡Oh amabilísimo Jesús! Vos sois el tesoro
 de toda alegría y dicha verdadera, que os pido me concedáis en el Cielo. 
Amén.


Decimotercera oración


¡Oh Jesús, fuerte León, Rey inmortal e invencible! 
Acordaos del inmenso dolor que habéis sufrido cuando, agotadas todas vuestras fuerzas, 
tanto morales como físicas, inclinasteis la cabeza y dijisteis: "Todo está consumado". 
Por esta angustia y dolor, os suplico, Señor Jesús, que tengáis piedad de mí 
en la hora de mi muerte cuando mi mente esté tremendamente perturbada y mi alma 
sumergida en angustia. 
Amén.



Decimocuarta oración


¡Oh Jesús, único Hijo del Padre Celestial, esplendor y semejanza de su esencia! 
Acordaos de la sencilla y humilde recomendación que hicisteis de vuestra alma, 
a vuestro Padre Eterno, diciéndole: "¡Padre en tus Manos encomiendo mi Espíritu!" 
Desgarrado vuestro cuerpo, destrozado vuestro corazón, y abiertas las entrañas 
de vuestra misericordia para redimirnos, habéis expirado. Por vuestra Preciosa Muerte, 
os suplico, ¡Oh Rey de los santos!, confortadme. Socorredme para resistir al demonio, 
a la carne y al mundo, a fin de que, estando muerto al mundo, viva yo solamente para Vos.
 Y, a la hora de mi muerte, recibid mi alma peregrina y desterrada que regresa a Vos. 
Amén.

Decimoquinta oración


¡Oh Jesús, verdadera y fecunda Vid! Acordaos de la abundante efusión de 
sangre que tan generosamente habéis derramado de vuestro sagrado cuerpo. 
Vuestra preciosa sangre fue derramada como el jugo de la uva bajo el lagar.
De vuestro costado, perforado con la lanza por un soldado, ha brotado sangre y agua,
 hasta no quedar en vuestro cuerpo gota alguna. Finalmente, como un haz de mirra, 
elevado a lo alto de la cruz, la muy fina y delicada carne vuestra fue destrozada;
la substancia de vuestro cuerpo fue marchitada y disecada la médula de vuestros huesos. 
Por esta amarga Pasión, y por la efusión de vuestra preciosa Sangre, os suplico, 
¡Oh dulcísimo Jesús!, que recibáis mi alma, cuando yo esté sufriendo en la agonía de mi muerte. 
Amén.

Conclusión


¡Oh Dulce Jesús! Herid mi corazón a fin de que mis lágrimas de amor y penitencia 
me sirvan de pan, día y noche. Convertidme enteramente, ¡Oh mi Señor!, a Vos. 
Haced que mi corazón sea vuestra habitación perpetua. Y que mi conversación sea 
agradable. Que el fin de mi vida os sea de tal suerte loable, que después de mi muerte 
pueda merecer vuestro Paraíso; y alabaros para siempre en el Cielo con todos vuestros santos.
 Amén. 


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Santa Brígida de Suecia (1303-1373). Fue declarada santa en 1391; 
es considerada además la santa patrona de Suecia, aptrona de las viudas y 
una de las patronas de Europa.
 Su fiesta es el 23 de julio.

Santa Brigida, escribió: "Mi amado hermano, yo estaba sumergida en las más grandes 
amarguras de la vida. El dolor, la enfermedad, la pobreza y el abandono me afligían. 
Con amor, cada tarde leí estas Oraciones,
 mi vida ha sido transformada milagrosamente y el Señor, fiel a sus promesas, 
me ha colmado de gozo, bienestar, riqueza y consuelo. Lo que Jesús ha hecho por mí,
 miserable pecadora, lo hará también por ti, mi amado hermano. Lee cada día estas oraciones".


Todos estos privilegios fueron prometidos a Santa Brígida desde una imagen de nuestro 
Señor Jesucristo Crucificado, a condición de que ella rezase todos los días estas oraciones, 
y son también prometidos a todos aquellos que las recen devotamente 
cada día durante el período de un año.

La santa, durante su vida, tuvo numerosas visiones. 
Deseaba saber el número de los 
golpes que nuestro Señor había recibido durante su Pasión, 
un día Él se le apareció diciéndole: 
«Hija mía, he recibido 5480 golpes sobre mi cuerpo.
 Si tú quieres honrarlos dirás 15 Padrenuestros y 1
5 Ave Marías con las oraciones siguientes
 (que le enseñó) durante un año. Pasado el año,
 tú me habrás honrado por cada una de mis llagas».
Y añadió: «Quienquiera que rece estas oraciones
 durante un año tendrá estos beneficios":


1. Liberará del Purgatorio a quince almas de su estirpe.
2. Quince justos de su estirpe serán confirmados y conservados en gracia.
3. Quince pecadores de su estirpe se convertirán.
4. La persona que las rece llegará al mayor grado de perfección.
5. Quince días antes de morir recibirá mi precioso 
Cuerpo de modo que será liberado
 del hambre eterno y beberá mi preciosa Sangre para 
que no tenga sed en la eternidad.
6. Quince días antes de morir tendrá una contrición 
amarga de todos sus pecados y un 
perfecto conocimiento de ellos.
7. Pondré el signo de mi Cruz victorioso ante ella
 para socorrerla y defenderla contra los
 ataques de sus enemigos.
8. Antes de su muerte yo vendré a ella con mi amada Madre.
9. Recibiré con bondad su alma y la llevaré a los gozos eternos.
10. Y, conduciéndola hasta allá le daré, con singular trato, 
a beber de la fuente de mi divinidad; cosa que no haré con aquellos que no
 hayan recitado estas oraciones.
11. Necesitas saber que a quienquiera que haya vivido durante treinta 
años en pecado mortal y diga devotamente estas Oraciones o se haya 
propuesto hacerlo, yo le perdonaré todos sus pecados.
12. Lo defenderé de las tentaciones.
13. Le conservaré sus cinco sentidos.
14. Lo preservaré de la muerte repentina.
15. Salvaré su alma de las penas eternas.
16. Obtendrá todo lo que pidiera a Dios y a la Santa Virgen María.
17. Si hubiera vivido siempre según su propia 
voluntad y debiera de morir mañana, 
su vida se prolongará.
18. Todas las veces que rezare estas oraciones 
ganará la indulgencia parcial. 19.
 Estará seguro de estar junto al coro de los Ángeles.
20. Si alguien las enseñara a otro, tendrá gozo y mérito sin fin, 
estables sobre la tierra y eternamente en Cielo.
21. Donde fueran pronunciadas estas oraciones,
 Dios estará presente con su gracia».

Si multiplicamos las quince oraciones por los trescientos 
sesenta y cinco días del año, 
nos da un total de cinco mil cuatrocientos setenta y cinco azotes.
 Parece ser que los otros cinco se refiere a sus otras cinco llagas 
(manos, pies y costado) 
que, en este caso, no fueron producidas por el látigo, 
sino por los clavos y la lanza. 
Estas cinco llagas más los cinco mil 
cuatrocientos setenta y cinco azotes, 
da un total de cinco mil cuatrocientos 
ochenta golpes que recibió, en su Cuerpo, 
Nuestro Señor Jesucristo.