Entre tanta fiesta y alegría, no olvidemos que el mejor regalo de todos nos lo hace Dios Padre al regalar a la humanidad a su Hijo. Y con Él darnos la oportunidad de conocerle aquí y ahora.
Que al igual que los Reyes Magos de Oriente, me guie la estrella que ilumine el camino hacia a ti Niño Precioso y te reconozca yo como mi Único Rey. Tú eres hoy el protagonista de este día tan especial para los niños. Un Dios que viene al mundo manifestando su amor en la inocencia de un recién nacido.
Que el mundo entero se una al coro celestial y juntos podamos alabarte y bendecirte.
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