Yo estuve en misa.

  DOMINGO 7º DE TIEMPO ORDINARIO.

Marcos 2, 1-12.

abeis que hoy es el último domingo antes de la cuaresma? Pues sí, así es. Y nos cuentan en el Evangelio que Jesús volvió a Carnafaún y que cuando la gente comenzó a saber que Jesús estaba allí, todo el mundo se acercó a su casa porque querían verlo. Imaginate como se puso aquella casa y los alrededores. Eso no pasa ahora en la parroquia ¿verdád? Pero debería de pasar, porque Jesús viene cada día a hacernos una visita  a cada uno en nuestras respectivas Iglesias. ¿Sabes como? 

     Correcto. En la Eucaristía. Jesús mismo se vuelve a consagrar y tomar cuerpo material en forma de pan  y en la Santa Hostia Consagrada viene a nuestra casa que es nuestro cuerpo. Por eso vamos a misa contentos, porque venimos a recibir al Señor. Porque con Él en nuestras vidas, podemos ser más buenos, aprender de Él y ser humilde, compartir con nuestros compañeros, esos son los males que hoy en día viene Jesús a curar. Los egoísmo que los hombres tenemos en nuestros corazones. Nos cuenta el Evangelio, que llevaban a un hombre paralitico entre unos cuantos en una camilla que habían hecho con tela y unos palos, pero claro, tal era el gentío, que no podían llegar hasta Jesús. Entonces se les ocurrió una idea. Subieron como pudieron al paralitico al techo de la casa  e hicieron una ventana en el techo retirando el material. Antes la casas se hacían con unos ladrillos de adobe, un barro resistente y los techos eran de pastos y tejas, pero no como los que tenemos ahora, sino que eran mucho más endeble, por eso pudieron abrir un hueco por donde con mucho esfuerzo y trabajo metieron por el agujero al paralitico amarrado a su camilla. Cuando Jesús vio con la fe y los esfuerzos que le presentaban al enfermo, le dijo: "Tus pecados son perdonados". Como había hombres entre el gentío que querían descubrir a Jesús algún fallo o mentira. Uno le dijo que era pecado hablar así, porque solo Dios perdona los pecados y le acuso de que él solo era un hombre y no podía perdonar los pecados a nadie. Pero como Jesús era el Hijo de Dios y era muy listo les dijo a todos para que tuvieran claro quien era Él. 

     "¿Qué es más fácil decir al paralitico? -tus pecados quedan perdonados- o decirle- levantaté toma tu camilla y echa a andar-.Pues para que veáis que el hijo del hombre tiene poder para perdonar pecados en el mundo hago esto. Y  entonces mandó al paralitico a levantarse de la camilla, cogerla, y marcharse a su casa. Y así sucedió y todo el mundo se quedó con la boca abierta.

     Jesús era muy listo ¿verdád? y lo sigue siendo. Porque actúa en el corazón de las personas, como actuó en aquellos que llevaron al paralitico ante Él. A nosotros cuando somos pequeños nos llevan a la Iglesia nuestros padrinos y nuestros padres para ser bautizados y así formar parte de la familia de Dios. Eso lo hace Jesús. También nos da Jesús el amor desinteresado de unas personas que no nos tocan nada, pero que llegan a ser muy importante en nuestras vidas, nuestros catequistas. Ellos suelen ser los primeros que nos ponen en contacto con Jesús y sus enseñanzas junto a nuestros padres. También los profesores de religión nos llevan a Jesús como aquellos hombres al paralitico. Y por eso debemos estar agradecidos a Dios que pone en nuestras vidas personas que no llevan a Jesús cuando no le conocemos. Imaginate al paralitico si nadie le hubiese ayudado, nunca habría conocido a Jesús ni tampoco curado, porque nadie habria perdonado sus pecados. Eso también pasa hoy cuando las personas no quieren acercarse a la Iglesia porque no creen en los sacerdotes. No creen que los sacerdotes tengan poder para perdonar los pecados. Ellos son como ese hombre que no sabiendo que Jesús era el Hijo de Dios le acuso de blasfemar por perdonar los pecados del paralitico.  Jesús le enseñó dos cosas:

1. Que curar y perdonar los pecados era lo mismo viniendo de Él.

2. Que como hombre tenia poder para perdonar en la tierra en nombre de Dios.

      Más adelante en otro Evangelio veremos como Jesús, a sus amigos los apóstoles le da ese mismo poder de perdonar y curar en su nombre. Y ese mismo poder lo conserva aún la Iglesia. Por eso los sacerdotes pueden perdonar nuestros pecados, porque fue Jesús quien lo dijo y Jesús es el Hijo de Dios. Y puede hacer eso. Así que es muy importante que acudamos a la Iglesia para que con ese poder nos curen. En el sacramento de la confesión el sacerdote nos cura y nos limpia el corazón. Por eso es muy importante confesar a menudo, porque así mantendremos nuestro corazón limpio. También existe un sacramento con el el cual la Iglesia puede curar el cuerpo además del alma, es el de la Unción de los enfermos. Pero de él ya os contaré más adelante. Aunque si tienes mucha curiosidad puedes escribirme a mi correo o preguntar a tus papás o al sacerdote de tu parroquia. Incluso a tus catequistas si estas en catequesis.

     Texto inspirado en la Sagradas escrituras de la Biblia Católica.