El perdón "descoloca" y "recoloca"
Yo os digo: no devolváis mal por mal.
Mt 5,38-48
Nuevamente Patxi, con su profundo sentido del Evangelio, nos invita a atrevernos a ser impulsados por Jesús en el camino de la reconciliación y del perdón. Hemos de pedirle ayuda al Señor para que Él nos sostenga, nos apoye en esta senda, a veces difícil, taponada por los muros de la violencia y de la incomprensión entre unos y otros. Muro con espinos y espinas, con pinchos que hieren y no terminan de generar heridas cuya cicatrización y cura es bastante complicada.
Si dejamos que Jesús nos empuje, si en medio de los espinos colocamos la flor de la comprensión, del amor al enemigo, ¿qué es lo que pasará?
Ojalá, como en el dibujo de Patxi, el que es enemigo violento se “descoloque” y “recoloque” en una nueva onda, la onda de las bienaventuranzas, de la paz que se hace con el diálogo y el respeto, de las opciones que llevan a tender puentes y a no crear tempestades.
Y no pensemos en el “otro”, pensemos también en nosotros mismos. Los malos no son los “otros”. Todos hemos de revisarnos. Esto no es la típica película en la que los buenos “somos nosotros” y los malos son siempre “los otros”. Tiremos ese muro y quedémonos con esa nueva flor.
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