DOMINGO 5º DE PASCUA.
(Juan 15, 1-8.)

Hoy el Evangelio nos lo trae Juan, es un Evangelio muy fácil de entender, sobre todo para los peques. Porque el Señor tiene un lenguaje especial para ellos y los niños entienden muy bien lo que Jesús dice.
Comienza el evangelio Hablando Jesús y conociéndose como la vid verdadera. Una vid es el árbol que nos da la fruta de la uva. De la uva además de sacar una fruta muy deliciosa, también se saca el vino. Y sabemos que hay un vino muy especial para nosotros, ese que se Consagra y pasa a ser Sangre de Cristo. Del mismo modo que el trigo se convierte en harina y con ella en el pan que luego en el Misterio de la Consagración en la Santa Misa se convierte también en Cuerpo de Cristo.
Pues hoy el Señor nos pone de ejemplo a la vid, y como en un cuentecito nos cuenta que Él es la Vid verdadera. Que su Padre, Dios, es el labrador que cuida de esa Vid y que nosotros, la Iglesia, somos los sarmientos de la vid.
Con este Evangelio nuestro amigo Jesús nos invita a estar alerta, a que junto a Él frecuentemos la confesión y la comunión y así nos mantengamos a la Vid unidos y crezcamos y demos mucho fruto, y el labrador del campo que es Dios Padre esté muy contento con todos nosotros.
Asi ve nuestro amigo fano este evangelio.






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