He seleccionado el presente soneto porque en él reconoce la autora queel amor que arde en su interior, "y en pura llamarada me convierte",es gracia. Como es gracia del Dios Bueno que un gusano se convierta enluciérnaga: "Vino el Amor y la vistió de estrellas..."
En mi silencio guardaré escondidoel gozo que me das, y tu ternura,y esta paz, y esta luz, y esta dulzuraque me invade la mente y el sentido.
Pero el fuego de amor que has encendidono lo puedo esconder, porque la alturade esta llama rebasa mi estaturay en hoguera de amor me ha convertido.
Envía ya tu Viento; que propagueeste fuego que ardiendo me devoray en pura llamarada me convierte.Que esta llama de amor nunca se apague,que trascienda su fuerza seductoramas allá de mi vida y de mi muerte.
María Ángeles Gómez Pascual
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