Estos días de fiestas y reuniones familiares acordémonos también de los que sufren la soledad, de los que por cualquier cuestión sufren la desesperanza.
A veces Dios tiene un modo extraño de actuar en nuestra vida, llegando a través del sufrimiento que nos es más difícil de entender y aceptar.
EN NAVIDAD MÁS QUE NUNCA:
- Comparte tu alegría: Transmite el mensaje de que ha llegado la salvación.
- Comparte tu alegría: Compartiendo tu tiempo con quien lo necesita.
- Comparte tu alegría: Asistiendo a Misa con la seguridad de saber que todo se puede en Cristo.
- Comparte tu alegría: Orando. Que tu oración se vuelva un canto de alegria que contagie las alma adormecidas.
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