Mateo 1,18-24.
4º Domingo de Adviento, ciclo A.
La Navidad es la celebración de la presencia de Dios que viene entre nosotros para salvarnos. El nacimiento de Jesús no es una fábula! Es una historia real, en Belén hace dos mil años. La fe nos hace reconocer ese Niño, nacido de la Virgen María, el verdadero Hijo de Dios, que por nosotros se hizo hombre.
En el rostro del pequeño Jesús contemplamos el rostro de Dios, que se revela en la fuerza, en el poder, en la debilidad y fragilidad de un recién nacido. Así es nuestro Dios, se acerca a la vez, en un niño. Este niño muestra la fidelidad y la ternura del amor sin límites con el que Dios rodea cada uno de nosotros. Esta es la razón que celebramos en Navidad, reviviendo la misma experiencia de los pastores de Belén y junto con muchos papás y las mamás que trabajan duro todos los días frente a muchos sacrificios, junto con los niños, los enfermos, los pobres, que estamos celebrando, porque es la fiesta de la reunión Dios con nosotros en Jesús.
Discurso del santo Padre Francisco a los jóvenes de acción católica.
Sala del Consistorio Viernes, 20 de diciembre 2013
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