Dios le dijo a Noé exactamente el cómo construir el arca: sería de 450 pies de largo, 75 pies de ancho y 45 pies de alto. Tendría tres pisos y una ventana para el aire. Tendría una sola puerta. A través de esa puerta entrarían los que se salvarían. Todos los que se quedaran afuera morirían. Jesús es como esa puerta para nosotros. En Juan 10:9a Jesús dijo: "Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo".
Es aquí donde la mayoría de las personas pierden el bote. Creen que con solamente creer en Dios, de alguna forma o manera, es suficiente. Hay muchas religiones falsas en el mundo, pero sólo hay un Cristo. Algunas personas piensan que por sólo ir a la iglesia Dios los admitirá en el cielo. El ir a la iglesia te hará un asistente a la iglesia, pero el tener a Jesús en tu corazón es lo que te hace un cristiano.
El arca, según las medidas dadas por Dios, era seis veces más larga que ancha. Esto la hacía muy estable en el agua. Si una ola grande trataba de virarla, el arca se enderezaría. El arca tendería a navegar de frente a las olas. Aún vientos tres veces más fuerte que un huracán no virarían el arca. El arca no tenía timón que la dirigiera. Sólo tenía que flotar. Dios era el piloto. ¿Tienes problema en darle el timón a Dios? Pretende que estás en el arca, con nada a lo cual puedas agrarrarte, excepto Dios. El arca tendría cabida para 750 vagones de tren. Podía fácilmente llevar 180,000 ovejas. Allí había suficiente espacio para todos los animales, el heno y el maiz necesario para alimentarlos. La mayoría de los animales podrían descansar e invernar durante la travesía. Pero, ¿cómo podría Noé entrar los animales al arca? Dios, en forma sobrenatural, dirigió a los animales al arca. Él los llevó al arca para salvarlos del diluvio.
Noé, ¿estaría seguro de que llovería ese día? ¿Lavaría su carro ese día? No. Dios le había dicho: "Porque dentro de siete días haré que llueva sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches…" (Gén. 7:4). Así que Noé hizo el arca, y su familia entró al arca siete días antes del diluvio, cuando Noé tenía 600 años. Dios trajo a los animales y el Señor los encerró. Dios siempre ha usado el número 40 para significar un período de prueba. Moisés estuvo 40 años en el desierto antes de que Dios se le apareciera en la zarza ardiente. Los hijos de Israel estuvieron en el desierto por 40 años antes de entrar en la tierra prometida. Jesús estuvo 40 días en el desierto cuando fue tentado. También estuvo 40 días, después de la resurrección, probándole a todos que había resucitado, antes de subir al cielo.
El diluvio fue el peor desastre jamás registrado en la historia. Toda la tierra estaba cubierta de agua y no hubo sobrevivientes excepto aquellos que estuvieron en el arca. "Se reventaron las fuentes del mar profundo y se abrieron las compuertas del cielo" (Gén. 7:11). Seguramente Noé y los animales estarían atemorizados. Grandes terremotos echaron altas nubes de cenizas y llovió como nunca antes. Aún las aguas de debajo de la tierra se salieron de su cause. Las aguas subieron a una altura que cubrieron las montañas. Las aguas subieron y el arca flotó por 150 días, es decir, 5 meses.
Aún cuando al arca descansó sobre las montañas de Ararat, no era muy seguro el que Noé saliera del arca. Noé obedeció a Dios y se quedó en el arca por 375 días después de haber comenzado el diluvio (más de un año). Dios siempre sabe como mantenernos seguros y nos dirá que hacer.
Fuente: http://www.childrensermons.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Te gustó?
Puedes decirme que te ha parecido.
También proponer que te gustaría encontrar en otras futuras entradas.