Vete a dormir y no me molestes.
Habia caido la noche. El padre habia meditado sobre lo sucedido y se
sentia culpable. Tal vez su hijo queria comprar algo.En fin, descargando su conciencia dolida, se asomo al cuartode su hijo. Con voz baja le pregunto al pequeño:- ¿Duermes hijo?- Dime, papi - respondio entre sueños.- Perdoname por haberte tratado con tan poca paciencia; aqui tienes eldinero que me pediste, - respondio el padre.- Gracias papi - contesto el pequeño y metiendo sus manitas debajo dela almohada, saco unas monedas.- Ahora ya complete. Tengo cuatro euros. ¿Me podrias
vender una hora de tu tiempo? - pregunto el niño.
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