La perdida habia sido algo devastador para ella. Aun cuando se esforzaba por ser valiente, se sentia como una invalida; racionalmente sabia que esta perdida no interferia con su vida, pero emocionalmente no podia superar este obstaculo. Su medico le habia sugerido visualizaciones que le ayudaran a aceptar su situacion, y ella lo había intentado, pero no podia imaginarse de una manera perdurable y emocionalmente aceptable. En su mente se veia como una invalida.Ahora, la palabra “Pirata” cambio su vida. De inmediato se sintio transportada, se vio vestida como el Corsario Negro, a bordo de un barco pirata, estaba de pie con las piernas separadas y una de ellas era una pata de palo, sus manos estaban aferradas a las caderas, su cabeza y hombros erguidos, y sonreia frente a la tormenta. Los vientos tempestuosos azotaban su casaca y su cabello. Un rocio helado barria la balaustraba de cubierta mientras grandes olas se rompian contra el barco. El navio se mecia y gemia bajo la fuerza de la tormenta.
Pero ella permanecia firme orgullosa, imperterrita. En aquel momento, esta imagen sustituyo a la de la invalida y recobro su valor. Miro al nino, ocupado con sus soldados.
Pocos minutos mas tarde la llamo la enfermera. Mientras se balanceaba en sus muletas, el nino advirtio su amputacion. “Oiga, senora, ¿que le paso a su pierna?” La madre del nino estaba mortificada. La senora Robles contemplo por un momento su pierna mas corta. Luego respondio con una sonrisa: “Nada. Yo tambien soy pirata”
.“¿Dira el vaso de barro al que lo formo: ¿Por que me has hecho asi?” (Romanos 9:20).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Te gustó?
Puedes decirme que te ha parecido.
También proponer que te gustaría encontrar en otras futuras entradas.