El zorro llevaba unas zapatillas a rayas amarillas y rojas.La cebra, unas rosadas con moños muy grandes.El mono llevaba unas zapatillas verdes con lunares anaranjados.La tortuga se puso unas zapatillas blancas como las nubes.Y cuando estaban a punto de comenzar la carrera, la jirafa se puso a llorardesesperada. Es que era tan alta, que ¡no podía atarse los cordones de sus zapatillas!Ahhh, ahhhh, ¡qué alguien me ayude! Gritó la jirafa. Y todos los animales se quedaron mirándola.Pero el zorro fue a hablar con ella y le dijo:- Tú te reías de los demás animales porque eran diferentes. Es cierto, todos somos diferentes, pero todos tenemos algo bueno y todos podemos ser amigos y ayudarnos cuando lo necesitamos.Entonces la jirafa pidió perdón a todos por haberse reído de ellos. Y vinieron las hormigas, que rápidamente treparon por sus zapatillas para atarle los cordones.Y por fin se pusieron todos los animales en la línea de partida. En sus marcas, preparados, listos, ¡YA! Cuando terminó la carrera, todos festejaron porque habían ganado una nueva amiga que además había aprendido lo que significaba la amistad.
Fin y colorín, colorón, si quieres tener muchos amigos, acéptalos como son.
Cuento de Alejandra Bernardis Alcain (Argentina)
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