Esta es una de las fiestas más antiguas de nuestro calendario. En en siglo 3º ya se celebraba en Oriente y en Occidente comenzó a celebrarse sobre el siglo 4º.
En este día, mucho antes de que se adoptara la costumbre de regalar juguetes y regalos, lo que en verdad es la festividad es la conmemoración de tres de los acontecimientos más importante de la historia de la salvación.
La adoración de los reyes Magos de Oriente al Niño Jesús.
El bautismo de Jesús.
El primer milagro de Jesús en las bodas de Caná.
Acontecimientos con los que se abren la manifestación del Hijo de dios entre los hombres. Y Jesús se nos da a conocer.
Con la Epifania, los Reyes magos vienen a adorar al Niño cumpliendo las profecías de los profetas sobre el nacimiento de el Mesías.
Esa es hoy nuestra verdadera fiesta. Lo que celebramos. Más allá de recibir y dar regalos y de la alegría que este día supone para muchos peques, tenemos que tener una cosa muy clara.
Dios nos ha dado el mejor regalo que podemos recibir en toda nuestra vida.
Nos ha dado a su Hijo Jesús.
Nada material por muy grande que sea se puede comparar a este regalo. Dios ha bajado al mundo, viene a nuestras vidas, para que también nosotros podamos conocerle, como ya nos conoce Él a cada uno de nosotros. Y para que todo el mundo pueda sentirlo viene en la humilde y pequeña persona de un recién nacido que tiene la misión de salvarnos de nuestros pecados y enseñarnos el camino al cielo.
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