Santa Inés fue mártir ya de peque, pues murió decapitada a la edad de doce años. Nos cuenta San Ambrosio su historia. Dice que vivió a principios del siglo IV, en tiempos de la persecución de Diocleciano a los cristianos. Que era una niña que muy bella y que a escondida vivia la fe como todos los cristianos de su época escondiéndose de la tiranía y la amenaza de muerte que cernía a todo el que se proclamara seguidor de Jesucristo.
El hijo del prefecto de Roma se enamoró de ella según cuenta la leyenda y se acercó a cortejarla, pero ella lo rechazó fiel a su fe, entonces este la denunció como cristiana y con tan solo doce años fue llevada a una casa donde se prostituían a las mujeres. Cuenta la leyenda que ningún nombre se atrevió a ensuciar su virginidad y que el único que intentó acercarse a cayo muerto ante sus pies antes de poder tocarla. Esa noticio corrió como la pólvora entre los aldeanos y todas las gente. Entonces fue llevada y juzgada a morir para que la hazaña realizada ante ella no cobrase fuerza entre los cristianos, la martirizaron y cuenta la leyenda que en su pequeño cuerpo no cabían más heridas, pero no renegó de la fe y entrego su cuerpo por el apostolado de la fe entregándose pura y virgen de cuerpo y espíritu.
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