Nació en Roma en el 511, hijo de una familia ilustre curso estudios y se educó en la adolescencia bajo la influencia de la orden Benedictina haciéndolo San Benito su asistente en el gobierno de Subiaco. Un niño llamado Plácido fue un día a buscar agua y se cayó en el lago, donde fue arrastrado a la distancia de un tiro de flecha. San Benito, que se hallaba en su celda, tuvo una visión del hecho, y envió a Mauro a rescatar al niño. Mauro obedeció, caminó sobre las aguas y sacó al niño tirándole por los cabellos. Mauro atribuyó el milagro a las oraciones de San Benito, pero el santo declaró que había sido un premio de Dios a la obediencia de su discípulo. Poco después, el santo patriarca se retiró a MonteCasino, y parece que San Mauro le sucedió como superior de Subiaco. San Mauro tenía fama de Taumaturgo por el episodio del estanque con el niño Plácido, la curación de los menesterosos y sus relaciones con el conde Gaidulfo, enemigo funesto de los monjes franceses. Su gran espíritu de penitencia le impulsa a retirarse a bien morir. Entrega su alma a Dios el 15 de enero del 583.
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