El uno de enero celebramos el día de María como Madre de Dios.
Comenzamos así el primer día del año, con la fiesta que nos alegra el saber que Dios ha elegido una joven doncella entre la Humanidad para que sea su Madre.
En María encontramos el modelo de fe perfecto. Ella es la Humilde por excelencia, la Llena de Gracia. Dios la elige por la pureza de su corazón, de ese modo pasa a ser la más grande y la primera de todos los santos.
El Arcángel Gabriel se le presenta para anunciarle que ha sido la elegida para llevar en su seno al Hijo de Dios y no haya resistencia en ella. María no duda, no piensa que aún es virgen y que ser madre sin conocer varón no es una cosa posible. Por el contrario, acepta con humildad lo que Dios ha elegido para ella. Convirtiéndose así en la Madre de Dios y en la Madre de todos los hombres.
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