3º Domingo del Tiempo Ordinario
Lucas1, 1-4; 4, 14-21.
Qué contentos hemos salido hoy todos de misa. Por fin se han cumplido las escrituras. Aquellas de las que hablaban lostextos de los profetas. Jesús hoy se ha reconocido delante de las gentes como el Ungido.
El mundo esta triste, vivimos volcados en nuestras vidas, cada vez más aislado y manteniendonos al margen. Sin el sufrimiento, el dolor y los acontecimientos que hacen sufrir intentamos vivir. Pero la mayor parte del tiempo solo vivimos porque nuestros corazones laten . Pero no somos felices.
Hoy Jesús tomando los escritos de Isaias, ha anunciado la salvación en su persona al instituirse como el Elegido, el nombrado por los profetas y anunciando que viene a dar luz al mundo. Vista a los ciegos, salud a los enfermos y libertad para todo el que lo crea. Hoy estamos felices, por fin descubrimos al Maestro, quien con su ejemplo va a enseñarnos el camino de la verdadera vida.
Ahora que ya le hemos reconocido tenemos nuestra primera misión: la de seguirlo ¿y qué mejor modo de seguir que intentando alumbrar a nuestro alrededor siendo luz para los ciegos, consuelo para los afligidos. Nuestra fe crece hoy como una pequeña semilla que comienza a su crecimiento al ser regada y alumbrada por el conocimiento de tener a Dios vivo entre los hombres. Él viene a romper todas las cadenas y a dar la la libertad es el Ungido por el bautismo y Dios con ello quiere también decirnos que yodos los que hemos por el bautismo entrado a ser ungidos también, podremos como Jesús ser participes de las obras buenas que Dios va a realizar y hemos de ir a anunciar a los que aún no lo han descubierto que ya ha llegado el Mesias, aquel a quien muchos esperan, hoy está con nosotros.
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